- DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS -
No esperes nada especial de mí, y no te decepcionaré. Ése parece ser el secreto de la felicidad: en general, no equivocarte al elevar tus propias expectativas.

Al adentrarte en este blog, tan sólo advertirte que (suelo, prefiero y) me gusta pensar y opinar por mi mismo; lo que a veces no recuerdo muy bien es en qué orden se debe realizar ese proceso. Y claro, ...así me va. Aunque últimamente y con los años, procuro "controlar" cierto orden en todo esto, la verdad es que no siempre lo consigo. Unas veces pienso lo que digo y otras, digo lo que pienso. Discúlpame en estos últimos casos; ten presente que yo procuraré hacer lo mismo contigo.

Una cosa más: como supongo que sabréis por vuestra propia experiencia, inexorablemente llega una hora de la madrugada en la que, como en esos antros habitados por gente "impresentable", hay que irse del "chinguirito" o del pub .... Eso, o quedarse, pero siempre teniendo en cuenta las especiales circunstancias que empiezan a concurrir. Es cuando ya no distingues un gintónic de un Dyc con cocacola ni por la luz ni por el sabor. Es cuando quienes parecían, en principio, poco agraciad@s físicamente empiezan a tener visibles virtudes. Algo así como si los dioses te soltaran una indirecta: "venga chaval, que ya está bien ...".

Bueno, pues algunas veces tengo la sensación de que la creación de este peculiar blog es fruto de esos momentos de "chinguirito". Quizás por eso, la mayor parte de lo que encuentres en este peculiar lugar para la reflexión introspectiva es absolutamente arbitrario y accidental, con ese sano espíritu que unicamente suele emanar de los lujos de la Realísima Gana. Por lo tanto, se evidencia que aquí no hallarás razones para la ecuanimidad, para el estricto rigor o para la exactitud ni, me temo que mucho menos, demasiados motivos para el provecho personal.

Si ya decidiste quedarte en este garito un instante más, (que sepas que te lo agradezco pero) ten en cuenta todo lo anterior para no llamarte a engaños. Recuerda que: para lo edificante, ya están las constructoras; para las doctrinas, los salvadores de patrias; para el pensamiento único, las dictaduras; y para las risas, los monólogos de comediantes. Aquí sólo encontrarás ideas, equivocadas o no, mostradas con seriedad o con la "guasa" que me proporcionó mi cigüeña, derivadas de un mayor o menor grado de desnudez implícita; pero eso sí, salidas casi siempre del corazón, con pretensiones honestas y, las veces que se pueda,
bienintencionadas, respetuosas y nada dadas al puro adoctrinamiento.


no obstante, publico alguna otra cosa ¡¡¡ aunque sólo sea por puro equilibrio emocional !!!

sábado, 28 de diciembre de 2013

El coño de las españolas


Diana López Varela
Hace poco leí las opiniones vertidas por una joven gallega en su blog con el titulo "Mi coño, tu coño" (que expongo íntegramente al final) a propósito de la aciaga nueva ley del aborto, aunque la llamen de otra forma mas rimbombante, y que ha sido la causante de esta entrada. Pero antes, alguna reflexión:

La ley del Gobierno anterior en nada afectaba a quienes no quisieran abortar; ahora, la nueva "ley de Gallardón" impedirá abortar a la mujer que quiera hacerlo. Esa es, nada mas y nada menos, la diferencia. La insultante, desgraciada, impúdica y repugnante ley del aborto, enmascarada con el pornográfico tratamiento lingüístico de Ley Orgánica de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada, no es otra cosa que un robo de los derechos adquiridos durante todos estos años. El Gobierno, con Rajoy a la cabeza y fervorosos ministros del Opus a la zaga, se empeña en cercenar otro derecho mas a los ciudadanos. Este Gobierno de miseria ha conseguido en muy poco arrastrarnos a la década de los setenta y a ser, de nuevo, el hazmerreir moralista de Europa. Tenemos asignatura de religión, reválidas, cañones de agua y leyes singulares para atizar a esos manifestantes embrutecidos por una izquierda rencorosa. Y estamos a punto de acabar con los sindicatos, esos instrumentos del bolchevismo que se dedican (vade retro) a negociar convenios para los trabajadores.

A todo esto se suma, por si faltara poco, la estrella del firmamento reaccionario de quienes ahora mandan (porque así algunos
lo quisieron -bastantes entonces; mucho menos ahora-), el triste regreso a la negra etapa del aborto en Londres, o ahora Lisboa, que está mas cerca. Qué contento estará Alberto Ruiz-Gallardón que, con ésta "su" Ley, habrá podido vengar a su padre y al inefable Federico Trillo, perdedores que fueron de un curioso pulso con el Constitucional en 1985. Ahora, "nuestro" Ministro de Justicia, nos devuelve a las tinieblas en las que él mismo, oscuro concejal y a un paso de la extrema derecha, ha vivido siempre por mas que haya querido engañarnos a todos. ¿Quien dice ahora que Bono es mas reaccionario que este individuo? ¿O que este individuo es mas progresista que Bono? Creo que ahora todos, incluso sus detractores de antaño quienes le tildaban de blandengue, habrán abierto los ojos. Y no digo que "habremos" abierto los ojos porque a mi nunca termino de engañarme. Yo siempre supe que llevaba dentro, como el aguacate su hueso, el fantasma de la extrema derecha. Le he escuchado, en privado, el numero suficiente de veces para estar convencido de ello.

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Hipócritas, proclaman que así defienden a la familia, a esa sacrosanta
institución a la que tanto debemos en estos tiempos y que constituye el sostén de la paz social. Dirán que protegen a la familia a base de rebajar los sueldos de sus integrantes, machacarles a impuestos, favorecer los despidos, suprimirles las becas, subirles la luz, el agua y hasta el aire que respiran. ¡Qué gran invento el bocadillo del pan con pan!. Cierran los ojos ante quienes les piden que les dejen, al menos, calentarse en este invierno, que no le corten la luz. Y lo hacen porque suponen que así lograran que se abracen muy fuerte, que eso da mucho calorcito y así se fomentan los lazos de cariño entre padres, hijos, suegros, abuelos y nietos. Incluso deberían sugerirles que recen. Que recen mucho. Muchísimo.

Ahhh, pero este país va bien, cualquiera puede verlo, va muy bien. No hay mas que ver, por ejemplo, la cuenta corriente de ese empresario de supermercados que ustedes conocen, de ese banquero de tanto renombre o del afanoso comerciante en telas y sus derivados. España, los datos lo corroboran, va francamente bien aunque inmerso en un mundo de mentiras, de tergiversaciones interesadas, de eufemismos, de falsas estadísticas, de argumentos mendaces. Lo que tenemos en
este accidentado cambio de año, no es sino la constatación de que sufrimos un Gobierno de malos, de pésimos ministros y de pésimas ministras. No hay mas que observar la valoración que tienen los ciudadanos de José Ignacio Wert, de Fátima Báñez, de José Manuel Soria, de Cristóbal Montoro o de Jorge Fernández Díaz. Hay incluso quien sostiene que Ana Mato sigue siendo ministra, pero el dato no está confirmado. Luce, además, el trabajo de una vicepresidenta que tanto prometía y que tan poco ha dado. ¿De verdad que coordina algo Sáenz de Santamaría? ¿Las cuestiones sobre el sector eléctrico, las relaciones con los catalanes, los impuestos, la política educativa? ¿Manda sobre algún ministro, o su poder de vicepresidenta se quedó varado a la altura de los subsecretarios?

Pero insiste Mariano Rajoy, sin duda el jefe espiritual de la alegre muchachada, en hacer una política de cercenamiento de derechos de los ciudadanos, con la vista puesta en reforzar a su electorado más fanático ante el fracaso de las medidas económicas y los continuos escándalos de corrupción y nepotismo en los que vive sumido su partido. No acaba de entender el inefable Mariano que la ley del aborto del Gobierno anterior en nada afectaba a quienes no quisieran abortar. ¿Habrá que explicarle este concepto tan elemental? A ninguna mujer, a ninguna, se le imponía absolutamente nada. ¿Diez hijos y sin querer abortar? Pues adelante. Con la anterior ley, está usted en su perfecto derecho. Pero ahora Gallardón (o mas concretamente Rajoy, no nos equivoquemos de nombre) impide abortar a la mujer que quiera hacerlo. 




Mi coño 
domingo, 22 de diciembre de 2013 
Por: Diana López Varela

Es bastante probable que a simple vista parezca que tengo un coño normal: tiene sus labios (internos y externos), su clítoris justo encima, su vagina en medio, su vello púbico (más del que me gustaría) ......... absolutamente nada con lo que sorprender al personal (con el gustazo que tiene que dar ser hermafrodita). Pero, desde mi punto de vista, mi coño tiene una particularidad bestial: es mío, y yo decido lo que entra y lo que sale de él.

Cuando una mujer es consciente de su sexualidad y de su cuerpo, que no es ni más ni menos que una parte importantísima de su vida, sabrá qué tiene que hacer con su coño. Del mismo modo en que aprendimos a no meter los dedos en los enchufes (sinceramente, no conozco ningún caso de muerte por choque eléctrico) o a no echar las piernas a la vía del tren, sabemos lo que hacer con nuestros órganos sexuales. Cualquier mujer inteligente, que sepa utilizar sus manos y sus piernas y alimentarse solita sabrá cómo utilizar su coño. Las mujeres, señor Ministro, no somos deficientes por defecto. Puede que usted haya tenido malas experiencias, pero le advierto que abusar de una persona deficiente no está bien visto. Ni siquiera en España.


Dicho esto, yo me considero una mujer competente, autónoma y lo suficientemente adulta como para saber si quiero procrear o no. Del mismo modo, considero que absolutamente todas las mujeres que conozco y con las que tengo relación: mis amigas, mis compañeras de trabajo, la dependienta del Zara, la de la gasolinera, la contable de mi padre, mi madre o mis cuñadas, están sobradamente capacitadas para saber qué hacer con sus respectivos coños. Lo cual, además, no deja de ser una decisión personal que de ninguna manera me afecta a mí. Bastante trabajo me da el mío (depilaciones, citologías, menstruaciones…) cómo para preocuparme del de la vecina.

Pero partiendo cómo partimos del principio de que la inmensa mayoría de la población española es medianamente inteligente me pregunto yo qué coño –con perdón- le importará a usted señor Ministro, a la Iglesia y a la panda de fachas que pasean carteles asquerosos mientras defienden guerras que matan a niños (de los carne y hueso), lo que sale de MI COÑO.

Porque yo follo con quien quiero, Alberto. Y cómo quiero. Como soy una mujer inteligente, utilizo métodos de anticoncepción que, dicho sea de paso, son una barrera contra las indeseables enfermedades de trasmisión sexual. Sepa también, que prácticamente ningún hombre –inteligente, a mi entender- con el que me he acostado se negaría a tener sexo sin protección la primera noche. Y que algunos hombres –inteligentes, por supuesto-, lo pidieron expresamente. Si yo, nublada por el calentamiento o por el amor que sentía hacia esa persona, hubiese cedido y hubiese aceptado mantener relaciones sin preservativo quizá me hubiese quedado embarazada. Quizá también me podría haber quedado embarazada con mi pareja, por haber jugado algún día más de la cuenta –las relaciones son un juego de dos, a mí la masturbación no suele embarazarme-, porque falló el método anticonceptivo –fallan, se lo aseguro- o porque esa persona me obligó a hacerlo. Afortunadamente, a mí no me ha pasado. Pero si me hubiese pasado, yo, mujer inteligente, hubiese querido abortar.

¿Sabe por qué? Tengo 27 años, he estudiado, soy profesional y NO quiero ser madre en estos momentos. Además, creo que tengo derecho a equivocarme como usted y como alguno de sus cuatro hijos, que, seguro, alguna vez debieron de haber practicado sexo sin haber convertido ese polvo en un ser humano.

Tengo derecho a abortar sin ser estigmatizada por ello y a hacerlo en las condiciones médico-sanitarias que se esperan de un país europeo en el año 2014. Tengo derecho a no joderme la vida porque un día algo salió mal y ni usted, ni mis padres, ni un cura, ni un psiquiatra ni el mismísimo Dios aparecido en la Tierra pueden negarme mi derecho a decidir lo que sale de MI coño.

Porque entonces, cuando yo y otras mujeres demos a luz, y en el hipotético caso de que todo saliese bien, tendrían usted y su gobierno que hacerse cargo de todos los hijos no deseados que llevan mala vida porque sus padres simplemente, no estaban preparados. O no podían darle un hogar. O no se conocían casi entre ellos. O no podían alimentarlos correctamente, o comprarles sus medicinas. Cosa, que, como bien sabrá, pasa cada día en España. Una nación que tiene el vergonzoso honor de tener a casi un 30 por ciento de la población infantil viviendo bajo el umbral de la pobreza, sólo por detrás de Bulgaria y Rumanía en el conjunto de los 27 países de la Unión Europea.

¿Sabe usted, señor Ministro, cuántos niños hay tirados ahora mismo en las calles de España? ¿O sin calefacción? ¿Y sabe los que comen todos los días lo mismo? ¿Se ha preocupado de conocer a aquellos que llevan los zapatos rotos al colegio? ¿Y a los que no han podido comprar un abrigo este año? ¿No le dan pena? A mí, sí. Lo que no me da pena es un embrión de pocas semanas que, sintiéndolo mucho señor Ministro, ni siente ni padece y que, efectivamente, podría convertirse en algo mucho más importante y entonces sí –y no antes- merecería toda su atención y la de su gobierno. Mientras tanto, amantes como son de la vida, deberían de preocuparse de que yo y el resto de las mujeres de este país tengamos una vida digna, estemos sanas y traigamos hijos deseados al mundo que tendremos que cuidar, inteligentemente, el resto de nuestras vidas.


A veces cuando lo escucho, señor Ministro, me hace sentir usted como mi gata. Le contaré que he tenido que esterilizarla porque la pobre no dejaba de traer hijos al mundo que no podía mantener, ni yo tampoco. Ella, simplemente, se acostaba con varones sin saber lo que hacía ni sus consecuencias. Tuvo dos partos múltiples. Como mi gata es un animal, si yo hubiese querido habría abandonado a todas esas crías, o las habría matado –qué más da, son gatos- Pero no hice eso, me preocupé de cuidar a cada uno de esos gatitos y de buscarles un hogar donde los quisiesen. Me preocupé, además, de llevar a mi gata al veterinario cuando enfermó después del parto –y de pagarlo-. Y después, me responsabilicé de que mi preciosa gata no volviese a quedarse embarazada otra vez. Porque no me gusta abandonar a los animales. Y menos, a las personas. Ojalá ustedes cuidasen a las ciudadanas de este país tanto como yo a mi gata.


Tu coño

martes, 24 de diciembre de 2013 
Por: Diana López Varela

Es Nochebuena de 2013, y mientras escribo esto, más de 76.000 personas han leído el artículo que escribí hace dos días donde, simplemente, daba voz a MI coño, como afectado figurado de la nueva ley del aborto propuesta por el señor Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón. Pero todos sabemos que los afectados no son sólo los coños. Nuestro coños, amigos, tienen dueña: NOSOTRAS.
He recibido cientos de mensajes a través del blog y de las redes sociales. Si pudiese hacer una estadística matemática os aseguro que más de 90 por ciento de los comentarios están a favor de mi opinión. Muchas personas, y os lo agradezco, han escrito incluso sus historias personales. Y aunque yo sea una mujer muy cachonda –siempre he creído que el humor es un arma- lo que se cuenta en los comentarios (mucho más interesantes que mi artículo) son testimonios de hombres y mujeres con miedos y preocupaciones y que no se toman, desde luego, esto del aborto como un “paseo por el parque” como señaló, muy acertadamente, una de mis lectoras.

Parto de la inteligencia de las personas adultas. Sé que hay personas que, por su edad, su situación social o económica, sus presiones –familiares, laborales, sociales- o su religión o creencias no pueden permitirse pensar libre y sensatamente. Entonces, hablemos de educación, que es un tema que tenemos bastante olvidado en este país. Educación sexual, educación cívica y educación moral. Y de protección. Protejamos a las mujeres que se encuentran en una situación de desamparo o que, y esto no es broma, tienen alguna discapacidad que les impide tomar decisiones de manera autónoma. Hagámoslo, señores del Gobierno, pero legislen -con excepciones- para una mayoría de ciudadanos adultos y responsables que tienen derecho a decidir sobre sus cuerpos y, lo más importante, sobre el destino de sus vidas y de las de sus hijos.

Hablaré del 10 por ciento de personas que creen que lo que sale de mi coño y del vuestro es un tema que merece ser discutido en los pasillos del Congreso y legislado dictatorialmente por señores que ni nos conocen ni les importamos una mierda. Una mierda. Una puta mierda. Y esto, llevan años demostrándolo. Las sotanas mueven más influencias que todos nuestros coños gimiendo al unísono. Qué pena.

Para vosotras –y vosotros- os diré que, a diferencia de lo que opináis, a mí no me preocupa ni me molesta si parís o dejáis de parir. Si abortáis o no. Si tenéis un hijo o dieciocho. Si disfrutáis con el sexo u os da asco –lo siento por vosotras, de veras-. Si creéis que a la Virgen la embarazó una paloma o el Espíritu Santo. Si estáis convencidas de que vuestra hija de 25 años es pura y casta. No me importa y no me molesta. De hecho, si de mí dependiese jamás dejaría que una mujer –y, subsidiariamente un hombre- no pudiese elegir si quiere reproducirse o no. Y lo puntualizo porque alguien comentaba que mi hipotético aborto sería pagado por la Seguridad Social y, eso, era inadmisible.


Mujer, yo pago mis impuestos y mi Seguridad Social, hasta tal punto, que soy autónoma. Y mi tolerancia llega a tal extremo que cuando tus ocho hijos cojan la varicela, sean hospitalizados o peguen una paliza a un vagabundo en un cajero –y tengan que intervenir un fiscal y un juez- parte de mi dinero se utilizará para movilizar los recursos y al personal humano que sean necesarios. Entonces, ¿qué coño me estás contado? Tu parto cuesta dinero. Tu hijo no cotizará hasta pasados los 20 y será atendido –espero- por la Seguridad Social aunque tú estés en el paro o no hayas pegado palo al agua en tu santa y divina vida.

¿Pero qué tenéis en la cabeza? ¿Vais a cuidar a mi hijo? ¿Si sale con una grave discapacidad correréis con sus gastos y os ocuparéis de que mi vida no se convierta en una peregrinación de hospitales, pesadillas y colectas públicas? ¿Me queréis vacilar, verdad?

Haced lo que queráis con vuestros coños. Y sí, diré coño hasta que me muera. Y las que me dicen que soy “una niñata maleducada” y que escribo “como una barriobajera” os diré que soy Licenciada en Periodismo, tengo dos másteres y un léxico lo suficientemente amplio como para utilizar palabras asépticas que no dañen vuestra moral católica. Pero es que a mí me encanta la palabra coño. Refleja todo lo que quiero transmitir: la cruda realidad. Mucho más que “vagina” o “aparato genital femenino”. Es algo con fuerza, que todos entendemos.

El día que descubráis que vuestros coños no sirven sólo para parir quizá, empecemos a entendernos. Os deseo suerte.


Fuente: Suspenso en religión



jueves, 26 de diciembre de 2013

La insultante hipocresia de Occidente ante Nelson Mandela



Desde que el pasado 5 de Diciembre se conoció la noticia de la muerte de Nelson Mandela, personalidades del mundo entero se han volcado con los mensajes de condolencias y realizando emotivos discursos recordando al líder sudafricano. Lógicamente, cuando alguien muere todos quieren mostrar sus respetos. Pero no deja de ser una lástima que eso no ocurra mientras uno está vivo. Con la muerte de Nelson Mandela hemos asistido a un ejercicio de hipocresía que merece ser analizado y destacado. Una Hipocresía con mayusculas y exclusiva del mundo Occidental.

Cuando vemos a Fidel Castro lamentarse por la muerte de Mandela, no podemos dudar de su tristeza, porque sabemos que eran buenos amigos. Cuando en Palestina lloran la muerte de Madiba, hay que tener presente que Mandela apoyó la causa palestina y tuvo buena relación con líderes como Yasir Arafat o Mahmud Abbas. En cambio, cuando Estados Unidos o Reino Unido comienzan a emitir comunicados con una potente carga emocional y asegurando que Mandela es un ejemplo a seguir y un hombre modélico, debemos preguntarnos: ¿siempre han mantenido ese discurso hacia Nelson Mandela?

El cambio de discurso es una de las características de los políticos, pero en este caso concreto es especialmente despreciable, ya que tiene que ver con la muerte de una persona, que además es una figura que merece todo el respeto y que ha sido de gran importancia para la Historia del S.XX. Nelson Mandela es hoy alabado por todos nosotros y por todos nuestros políticos, pero hay que recordar que, muchos de los que hoy lloran su muerte, hace poco le criticaban.

Nelson Mandela y la lucha contra el Apartheid

Matanza de Sharpeville 21 de marzo de 1960
Si bien es cierto que no se puede justificar el uso de la violencia, hay que recordar la dureza del Apartheid, evidenciada en sangrientos episodios como el de la Matanza de Sharpeville. El 21 de marzo de 1960 la policía abrió fuego contra una manifestación anti-Apartheid, matando a 69 personas negras, entre ellas mujeres y niños, e hiriendo a otras 180. El 30 de marzo de 1960 el gobierno declaró el estado de emergencia y fueron detenidas 12.000 personas. El CNA (Congreso Nacional Africano, partido de Nelson Mandela) y el PAC (Congreso Panafricano) fueron prohibidos y sus miembros obligados a pasar a la clandestinidad o a exiliarse. Desde ese momento ambas formaciones abandonaron la estrategia de protesta no violenta e iniciaron una incesante lucha armada.

Represión policial de las protestas antiracistas
A la matanza de Sharpeville sucedió una oleada de protestas en todo el mundo, incluida la condena de las Naciones Unidas. Aun así, el régimen del Apartheid no fue criticado por el Reino Unido ni por Estados Unidos. Los gobiernos de Reagan y de Thatcher vieron en Sudáfrica un aliado anticomunista y  no dudaron en tachar al partido ANC como una organización terrorista y a Nelson Mandela como un peligroso comunista-terrorista.

Nelson Mandela fue arrestado en 1962 y condenado por sabotaje, además de otros cargos, a cadena perpetua. La mayoría de los más de 27 años que estuvo en la cárcel los pasó en la isla de Robben Island.

Aunque en 1990, después de salir de la cárcel, todos los líderes mundiales aplaudían a Nelson Mandela y querían hacerse fotografías con él, lo cierto es que la propia ideología de Madiba le llevó a tener más relación con personalidades ‘enemigas de Occidente’, como Fidel Castro o Yasir Arafat. Figuras que han sido atacadas mediática y políticamente desde Estados Unidos y Europa.



 

 

Occidente contra Nelson Mandela

Quizás por fotografías como las anteriores, muchos políticos occidentales no le tenían mucha simpatía a Nelson Mandela. Durante muchos años, incluso cuando crecía la oposición al Apartheid en Sudáfrica, varios líderes mundiales continuaban considerando a Mandela un terrorista. En 1987, Margaret Thatcher dijo que el CNA era ”una organización terrrorista” y que cualquiera que creyera que iba a poder gobernar en Sudáfrica vivía en un cuento de hadas. Margaret Thatcher consideraba a Nelson Mandela un terrorista. Entre los congresistas británicos la opinión sobre Mandela era aún peor. “¿Cuanto tiempo más va la premier a permitir ser golpeada en el rostro por este terrorista negro?”, cuestionó el conservador Terry Dicks después de que Mandela rechazase un encuentro con Thatcher en Londres, en 1990. Su colega de partido, Teddy Taylor, fue aún más claro: ”Deberían disparar a Nelson Mandela”. Sin duda, en Inglaterra los conservadores odiaban a Madiba.

En Estados Unidos, la opinión sobre Mandela tampoco era positiva entre los gobernantes. El presidente Ronald Reagan colocó al CNA en la lista de organizaciones terroristas. Y no sólo eso: en 1981 Reagan aseguró que el régimen sudafricano basado en la segregación racial era ”esencial para el mundo libre”. Hay que suponer que su compañero de partido, George W. Bush (que acudirá al funeral de Nelson Mandela), también pensaba lo mismo. En 1985, el congresista Dick Cheney, que sería después vicepresidente con George Bush, votó contra una moción para que Mandela fuese liberado. En 2004, Cheney defendió su posicionamiento al afirmar que Mandela “tenía una larga dedicación al comunismo y al terrorismo”.

Durante la Guerra Fría, los Estados Unidos apoyaron el régimen del Apartheid, mientras las Unión Soviética ayudó a financiar la oposición liderada por el Congreso Nacional Africano (CNA). En 1990, el diario The New York Times reveló que la CIA ayudó al Gobierno sudafricano a detener a Mandela en 1962. Mandela y el CNA permanecieron en la lista americana de organizaciones terroristas hasta 2008. Hasta ese año, el hoy héroe sudafricano necesitaba un permiso especial para viajar a Estados Unidos. Por todo ello resulta bastante hipócrita que en Estados Unidos las banderas ondeen a media asta en honor a Nelson Mandela, persona contra la que lucharon por todos los medios y a la que consiguieron silenciar durante 27 años. Y que además lo hagan en un lugar tan representativo como Wall Street, símbolo de un sistema socioeconómico que contrario a las ideas de Nelson Mandela.

Otro país que ha demostrado una gran hipocresía estos días es Israel, que se mantuvo ligado al régimen segregacionista del Apartheid. Durante muchos años el Gobierno israelí mantuvo lazos económicos y relaciones estratégicas con el régimen sudafricano. Únicamente en 1987, cuando ya era el único país desarrollado que apoyaba a la minoría blanca, Israel finalmente denunció el Apartheid.
Aun así, el Gobierno de Israel ha lamentado la muerte de Mandela afirmando que ”el mundo ha perdido a un gran líder que cambió el curso de la historia” y que fue “un apasionado defensor de la democracia”. Cuesta creer esas palabras viniendo de un gobierno que apoyó el Apartheid. En una entrevista con el periodista Larry King en 2000, el propio Mandela reconoció las contradicciones en las que habían caído varios países. “Ayer me llamaban terrorista, pero cuando salí de la cárcel muchos me abrazaron, incluso mis enemigos. Hoy soy admirado por los que me llamaban terrorista”, dijo Mandela.

Hace poco los medios de comunicación y los líderes occidentales lloraban la muerte de Margaret Thatcher. Ahora lloran la muerte de Nelson Mandela. ¿Qué lágrimas son las de verdad?


Los brutales tijeretazos culturales del Gobierno



A falta de cerrar 2013, y pendientes de la última hornada de estrenos del día de Navidad a la cartelera, los primeros cálculos económicos del cine en España apuntan que las salas recaudarán unos 500 millones de euros; 114,20 millones menos que en 2012, un descenso de 135,85 millones respecto a 2011. A duras penas se alcanzarán los 80 millones de entradas vendidas en España en las salas comerciales de cine en 2013.

En teatro la asistencia de público ha bajado por culpa principalmente de la subida del IVA hasta el 21%. Los datos de recaudación neta del sector al final de la temporada, es decir, en agosto, muestran que de los 247 millones de la temporada 2011-2012 se ha pasado a los 163 millones de la presente temporada; un descenso de 84 millones (33,99%).

En la danza, en 2012 el bajón llegó hasta el 43,41% en su número representaciones.

Las ventas en libros habrán caído al final de 2013 por sexto año consecutivo, acumulando un 38%, de cumplirse los pronósticos de un 10% menos en estos últimos 12 meses. El 68% de quienes leen en formato digital lo hacen con descargas ilegales. Solo el 63% de los españoles dice leer al menos un libro al año, mientras la media europea es del 71%.

Durante 2012 se celebraron 116.446 conciertos en España, un 4,3% menos que en 2011, con 26 millones de espectadores y una recaudación de 171,7 millones de euros. Desde hace una década las ventas de discos han bajado un 77, 5%.

Resulta curioso cuanto menos (por no decir insultante) que desde el PP traten de aparecer como un partido preocupado por la Cultura en general y por la pequeña producción escénica en particular. Y resulta curioso porque si algo tiene claro la comunidad cultural del reino es que la subida del IVA cultural al 21% ha sido el mayor ataque a la cultura jamás visto y conocido. No solo ha fracasado como medida, porque ha perjudicado a la recaudación, sino que ha servido para dejar en estado crítico al sector. Un interesante articulo de Juan José Millás para El Pais pone de relieve todo esto y refleja como, últimamente, las artes y la educación han sufrido más que nunca en España. Lo reproduzco íntegramente a continuación:

Un ataque político a las formas de vida 

El País 26 DIC 2013 - 01:00


  
Cuando leo o escucho que baja el “consumo cultural”, estiro las orejas como un perro. Hay más cosas que hago como un perro, pero no sé si tienen que ver con la cultura. El caso es que la expresión “consumo cultural” me pone nervioso, como si se tratara de una contradicción en los términos. O es consumo o es cultural, me digo. Veamos: esa persona que en este mismo instante se encuentra en la cama de la habitación de un hotel leyendo Crimen y castigo, ¿está consumiendo realmente el libro? ¿Lo consume al modo en que consumo yo energía eléctrica al encender la luz, al modo en que consumo una conserva al abrir una lata de berberechos, al modo en el que consumo un pequeño electrodoméstico al exprimir una naranja? ¿Está consumiendo la novela como el adolescente que consume la paciencia de los padres, como el cincuentón que consume para cenar un yogur griego con pipas de calabaza, como el que se compra un rolex de oro? ¿Podríamos decir que esa persona es usuaria de la novela de Dostoievski al modo en que se es usuario de un campo de golf o de una tarjeta de crédito?

El libro tiene un costado contable, eso no podemos negarlo. Hay quien lo escribe, quien lo edita, quien lo distribuye y hay, con suerte, alguien que lo compra. Proporciona puestos de trabajo, genera actividad
económica e influye en el PIB. Pero, claro, todo eso es pura filfa en relación con los beneficios intangibles que proporciona. Un sistema filosófico, en fin, no es un bien consumible. Tampoco una fantasía erótica, qué le vamos a hacer. Las obras de Platón llevan siglos
produciendo beneficios económicos, pero a ningún perturbado se le ha ocurrido, de momento, establecer el cálculo porque no se lee a Platón como se compran acciones de Endesa. Otro asunto es que su lectura provoque efectos secundarios de ese orden en la medida, por ejemplo, en que uno pueda ganarse la vida explicando al filósofo griego (los profesores de filosofía no fueron siempre una especie en extinción).

IVA cultural en Europa

Por eso deberíamos ser más cuidadosos al elegir las palabras con las que nombramos las cosas. Ir al cine, escuchar a Beethoven, leer a Dostoievski o visitar el Museo del Prado no son formas de consumo. Son formas de vida. Así que, en vez de señalar en los periódicos, un día sí y otro también, que este Gobierno recorta las ayudas económicas al cine, al teatro, a la educación, etcétera, deberíamos denunciar que recorta las formas de vida actualmente existentes: “El Gobierno recorta una nueva forma de existencia”. “Desciende el número de formas de entender el mundo”. “El ministro de Cultura aboga por el monocultivo cinematográfico”. Tales deberían ser los titulares.

Ministro de Cultura
¿Cómo se ha llegado a esta situación en la que nos pasamos el día haciendo reglas de tres por las que intentamos averiguar cuán burros somos estableciendo proporciones aritméticas entre los presupuestos del Estado y la Crítica de la Razón Pura? Se ha llegado dando por supuesto que aquello que no se puede medir como se mide una hectárea, o cuantificar como se cuantifica una herencia, no existe. Si cuantificar consiste en expresar numéricamente una magnitud, ya me dirán qué cifra otorgamos a las obras completas de Kafka.

Ustedes perdonen, pero la imagen de una señora desesperada (porque me gusta, sí, que esté desesperada) leyendo el libro del célebre autor ruso me ha despistado del asunto principal. Pensar que mientras yo escribo estas palabras puede haber una mujer en la habitación de un hotel de Buenos Aires, por ejemplo, siguiendo, jadeante, las aventuras y desventuras de Raskolnikof, el famoso asesino de la vieja avara, me excita mucho, muchísimo, y en todos los sentidos. Ya me pregunto si la lectora está en ropa interior o desnuda, si con fiebre o sin ella, si con maquillaje o con la cara lavada. ¿Y qué hace en Buenos Aires, por Dios? ¿Vive en Argentina o acaba de llegar de Europa y se ha desvelado por la diferencia horaria? ¿Es representante de una firma de cosméticos o profesora de Lengua? De ser profesora de Lengua, seguro que ha acudido a un congreso. La Lengua es una de las cosas que más congresos produce, la Lengua y las enfermedades del corazón. Por cierto, ¿sería correcto calificar como producto de consumo un Congreso sobre la Metáfora al que acudiera como ponente, pongamos por caso, Umberto Eco? ¿Se consume una conferencia de Eco con el mismo espíritu e idénticos resultados con los que se consume esta marca de agua tónica o aquella otra? Y bien, ¿ha entrado esa señora de Buenos Aires en el libro de Dostoievski con el mismo espíritu pródigo con el que se entra en un concesionario de automóviles o en una tienda de perfumes?

—A ver, ¿qué beneficios le ha traído a la señora que hemos abandonado en la cama de un hotel de Buenos Aires leer a Dostoievski?
—Beneficios, ¿en qué sentido?
—Beneficios en el sentido de beneficios, gilipollas.
—Bueno, podríamos decir que uno es más sabio después de haber leído al ruso.
—Más sabio, más sabio… ¿Hablamos de una sabiduría práctica, de la que se puedan obtener unos rendimientos económicos inmediatos?
—Eso no, pero cuando uno lee aprende a leerse y a leer el mundo, aprende a interpretar la realidad, comprende la importancia de la búsqueda del sentido…
—No me joda usted. Yo, sin haber leído a Dostoievski, quizá gracias a eso, he montado una franquicia de jabones que da trabajo a cinco mil personas.
—¿Cuánto ganan esas personas?
—Cuatrocientos euros de media. Y me hacen horas extraordinarias y festivos, y si les pido que me lleven a los niños al colegio, me los llevan. Bien visto, no entiendo cómo no me matan.
—Quizá porque no han leído a Dostoievski.
—Razón de más para prohibir las humanidades.

¿Acaso, cuando muere un autor, la necrológica señala lo que su pérdida implica desde el punto de vista económico? Recientemente nos abandonó Doris Lessing. He leído todo lo que se escribió en los días posteriores a la noticia y nadie hacía mención a su potencial económico. ¿Las obras de esta autora no produjeron dinero? Sí, quizá más del que usted y yo podamos imaginar. ¿Entonces? ¿Se omitió el dato por delicadeza? En absoluto. Se omitió porque el beneficio económico era un daño colateral. Lo importante de la obra de Doris Lessing es lo que hizo por el progreso de la cultura humanística, que no se puede reducir a una cifra. Cuando esto no se comprende, las humanidades se van al carajo en los estudios. Se quita el latín, se quita el griego, la filosofía, se reduce el estudio de la lengua y la literatura... Cuando no se comprende, decimos, pero quizá también cuando se comprende demasiado. Las sociedades en las que se pierde la sensibilidad cultural son más dóciles, más fáciles de manejar, son menos libres porque carecen de un discurso alternativo al dominante. Sin discurso, no hay manera de modificar la realidad. La realidad es producto del discurso. La realidad actual es producto del discurso dominante actual. De ahí su calamitoso estado.

Cada lunes por la mañana, cuando salgo a caminar por un parque cercano a mi domicilio, veo, indefectiblemente, rota la marquesina de un autobús. Son destrozos llevados a cabo cada fin de semana por jóvenes incapaces de expresar su malestar de otro modo. Odian el sistema y apedrean por tanto los símbolos externos de ese sistema practicando un modo de delincuencia atenuada que les compensa momentáneamente de vivir en un mundo sin salida, sin horizonte laboral o moral, en un mundo completamente desquiciado. No advierten que el delincuente, tal como señalaba Octavio Paz en un ensayo de juventud, confirma la ley en el momento mismo de transgredirla. No se trata de un sujeto peligroso, pues. De hecho, si un día, de la noche a la mañana, desapareciera esta delincuencia de baja intensidad, el Ministerio del Interior tardaría 48 horas en convocar oposiciones para cubrir urgentemente todas esas plazas de delincuentes desaparecidos.

Si se puede practicar impunemente la delincuencia grande, por la que actualmente estamos gobernados, es, en parte, por la existencia de los pequeños malhechores, con los que el poder nos distrae como ese mago que nos obliga a mirar su mano izquierda mientras consuma la trampa con la derecha. El joven, pues, que el sábado por la noche termina la juerga colocando silicona en la ranura de un cajero automático para no irse a la cama sin haber contribuido a la liquidación del sistema, está haciendo gratis algo por lo que le deberían pagar. No sabe hasta qué punto está contribuyendo a reproducir lo que detesta. No constituye un peligro para nadie, excepto para sí mismo. El tipo verdaderamente peligroso es el que un sábado por la tarde se queda en casa leyendo Madame Bovary (tomen Madame Bovary como un ejemplo). Ese chico es una bomba, ya que la realidad está hecha de palabras. Quien las domina tiene más capacidad de destrucción que un experto en explosivos. Si los lectores de Madame Bovary, en fin, alcanzaran el tamaño que los sociólogos denominan “masa crítica”, acabarían generando un discurso que, colocado en el sitio adecuado, haría, al explotar, más daño que la Goma 2.

No hace mucho estaba en mi casa, sin meterme con nadie, cuando sonó el timbre de la puerta. Abrí. Al otro lado había una chica que quería hacerme una encuesta sobre “hábitos de consumo”. La invité a pasar y todo fue bien hasta que llegamos al apartado de “consumos culturales”. ¿Cómo se mide ese hábito?, me pregunté. ¿Se puede calificar la lectura de Proust como un hábito de consumo? Entonces fue cuando me vino a la cabeza la imagen de una señora de edad media leyendo Crimen y castigo en la habitación de un hotel de Buenos Aires. Despedí a la encuestadora y repasé las noticias de los últimos meses relacionadas con el estado de la cultura. Todas, sin excepción, hablaban de los recortes económicos en un intento desesperado de cuantificar económicamente lo incuantificable. Naturalmente que hay una relación entre el dinero circulante y los bienes de consumo. ¿Pero debemos darle a la cultura y a la educación el tratamiento de un bien de consumo? No lo creo, porque en ese mismo instante las reducimos a la categoría de lo prescindible. Si en épocas de crisis, viene a decirnos el ministro de Cultura, prescindimos del coche o de cenar fuera los sábados, ¿por qué no reducir también el consumo de Quevedo, de Flaubert, de Walter Benjamin, de Chejov o de Hitchcock? Ahí está la trampa. La incógnita de por qué hoy somos más burros que ayer pero menos que mañana no se despeja con una ecuación convencional. Tal vez los recortes que el Gobierno actual está aplicando a la formación humanística y, en general, a la cultura, no sean el origen de nuestras carencias educativas, sino su consecuencia. Lo hace porque puede. Lo hace porque nos puede. Nos puede porque nos hemos quedado sin discurso.

Los norteamericanos, según sus películas




¿Quien no se ha sorprendido alguna vez por las cosas que les pasan a los norteamericanos en sus películas? ¿Todos los norteamericanos? Nooo, ..... solo a los auténticos, los que viven en EE.UU. (USA, según ellos). Para esto, ni Canadá, ni Méjico, ni Groenlandia cuentan. La de cosas que podemos saber de los norteamericanos, de sus usos y de sus costumbres, sin que sea necesario ir allá; con solo ver sus películas. Algunas de sus rarezas y manías , ciertamente, serian impensables en Europa y, mucho menos, en España. Veamos algunos ejemplos:

✹ En toda investigación policial que se precie, es necesario visitar como mínimo un club de striptease.

✹ Todas las mañanas, las madres norteamericanas cocinan huevos y
bacon para toda la familia y se habrán tirado media hora exprimiendo naranjas. Y eso, aunque el marido y los hijos no tengan tiempo para disfrutar esos manjares y se vayan sin desayunar. Imaginaos a una madre española en esa tesitura.

✹ Si alguien te persigue por el centro de la ciudad, siempre puedes quitártelos de encima ocultándote entre los participantes de un desfile. Allí se celebran desfiles (casi) todos los días, incluso un martes lluvioso de octubre.

✹ Si recoges las cosas que se le han caído a una chica despampanante de la bolsa de papel que porta, al salir del supermercado, ésta quedara totalmente prendida de ti.



✹ Todas las camas tienen una sabana de doble largo, que llega hasta las axilas en la parte que le toca a las mujeres, y hasta la cadera, en el caso de los hombres.

✹ Las bombas van equipadas con relojes que tienen pantallas con grandes números rojos para que todo el mundo sepa cuando van a estallar. Todo un detalle ¿no? Si alguien decide quedarse a desactivarla en lugar de echarse a correr, deberá saber que no lo conseguirá hasta que resten menos de 5 segundos para la explosión. Casi mejor que se eche un cigarro con cuidado y esté atento a ese momento ¿Para qué ponerse nervioso?

✹ En Norteamérica, es fácil pilotar un avión e, incluso, aterrizar siempre que haya alguien en la torre de control que pueda dirigir la operación por radio. Y eso, aunque no tengas ni el carnet de conducir.

✹ Los sistemas de ventilación de los edificios americanos son el escondite ideal: puedes abrir la rejilla con lo que tengas a mano, a nadie se le ocurrirá mirar en ellos y sirven, además, para desplazarse hasta cualquier parte del edificio sin dificultad.

✹ Si tienes que pagar un taxi, no es necesario buscar un billete en la
cartera. Por lo visto, son baratos hasta en Nueva York. Con las monedas que tengas en el bolsillo, será suficiente y coincidirá con el importe exacto.

✹ A ningún adolescente se le ocurre colarse en un baile sin pareja. Se pueden tirar medio año para encontrar a quien les acompañe ese día. Pero bueno, ¿es que no hay grupos de amigos en numero dispar que vayan juntos a las fiestas, como chicos normales? ¿Como en España? Hay quien dice que Mecano no tradujo su canción "Me colé en una fiesta" al ingles porque, en el mercado norteamericano no se comería una rosca, no lo entenderían.

✹ Toda persona que sufre una pesadilla, se incorporara de golpe en la cama sudoroso y jadeante. Y estoy casi por afirmar que quien le acompaña en la cama, esta despierto por si esto ocurre.

✹ Aunque se venga de una escena tórrida, las mujeres, al levantarse de la cama, se llenan de pudor y deciden envolverse en la sábana para ir al baño. El hombre se quedara en pelotas sobre la cama y muerto de frio, pero eso no se vera en la escena.


✹ Si tienes que recargar un arma de fuego, siempre dispondrás de 
suficiente municiones, aunque vayas desnudo. Cada munición norteamericana, desde luego, dura muchisimo. Véase Rambo.

✹ Si eres divorciado o separado no te preocupes, pues tu hijo mas pequeño habrá hecho un máster en relaciones conyugales y hará que te reconcilies con tu expareja antes de que finalice la película.

✹ En los noticiarios de televisión siempre dan una noticia que tiene relación directa contigo en el preciso momento en el que enciendes la tele. Digamos que son majetes, que te esperan para informarte.

✹ Si hay una persecución por un mercado y vemos un puesto de melones o un carrito de helados, no hay duda de que serán atropellados por alguno de los vehículos participantes en la persecución. No te pongas al lado. Los comerciantes del resto de los negocios pueden permanecer impasibles, que no serán arrollados.


✹ Es muy probable que sobrevivas a cualquier batalla por cruenta que sea, a menos que cometas el error de enseñarle a alguien una foto de tu novia(o).

✹ Si tienes que hacerte pasar por un militar alemán, no es necesario hablar el idioma; basta con tener acento alemán (aunque seas negro), poner cara de mal carácter y escupir al hablar.

✹ Los norteamericanos creen que, la torre Eiffel, se puede ver desde cualquier ventana de París. Cuando se alojan en cualquier sitio de París, la famosa torre aparece en el paisaje.

✹ Un hombre estándar en Norteamérica no se inmuta mientras recibe una paliza de campeonato, pero se se suele quejar cuando una mujer, generalmente, intenta limpiarle las heridas.

✹ Si a alguien se le ocurre trasladar un cristal de considerables dimensiones (sobre todo si lo llevan entre dos), aparece un coche involucrado en una persecución que lo atraviesa dejando a los pobres transportistas sin el cristal y protestando con los brazos en alto.


✹ No es necesario encender la luz de la cocina de noche, con la de la nevera será suficiente.

✹ En el caso de las casas encantadas o con fantasmas, las mujeres suelen ser las encargadas de investigar cualquier ruido raro vestidas únicamente con algo de ropa interior y gritando el nombre de su acompañante en ese momento (Boby, Tom, "Deivid", etc).

✹ Los automóviles que chocan, aunque sea mínimamente, casi siempre acaban explotando, ardiendo o ambas cosas.

✹ Casi cualquier computadora domestica es suficiente para entrar en los bancos de datos del gobierno. Se puede hacer fácilmente tocando rápidamente varias teclas o una tecla de acceso rápido que el propio gobierno instala en los teclados.

✹ Un solo fósforo sirve para iluminar una habitación del tamaño de un estadio de fútbol.

✹ Aunque se conduzca por una cuesta abajo totalmente recta, es necesario girar el volante a izquierda y derecha cada cierto tiempo. Eso si, te puedes permitir el lujo de apartar la mirada de la carretera durante minutos si tienes una conversación interesante con el copiloto.

✹ Creen que las mujeres de ciudades y pueblos medievales europeos
se depilan con frecuencia, lucen bellos peinados y siempre tienen una dentadura perfecta. Los salones de depilación, las peluquerías y las clínicas dentales, entonces, debían ser un negocio perfecto. Bueno, en esto hay que disculparlos, ..... nunca tuvieron Edad Media.

✹ No es necesario decir hola ni adiós cuando se empieza o termina cualquier conversación telefónica. Ni identificarte, el/la que se pone del otro lado ya sabe quien eres y asume que eres un maleducado.

✹ Un detective sólo resuelve un caso cuando le retiran la placa. Digamos que, como no tiene que ir a trabajar, dispone de mas tiempo. Es mas, el jefe de policía sabe que el mejor modo de resolver un caso complicado es retirarle la placa de policía a alguien.

✹ Les tienen tanta tirria a los pavos como nosotros a las cucarachas. Lo que pasa es que ellos se los comen, nosotros a las cucarachas no. Cada dos por tres matan un pavo y se reúnen para comérselo, no sin antes rezar unas oraciones que nada tienen que ver con el Padrenuestro.

✹ Siempre es posible estacionar justo delante del edificio al que se va de visita. La grúa nunca se llevara el coche.


✹ Si decides ponerte a bailar en la calle, notarás como todo el mundo que te rodea conoce los pasos de tu baile y te sigue a la primera.

✹ No importa si tus enemigos te superan en número durante una pelea de artes marciales: te atacaran de uno en uno, mientras esperan, con gesto agresivo, a que vayas acabando con sus compañeros poquito a poco.

✹ Cualquier persona sabe dar un golpe en la cabeza a otro para dejarlo inconsciente. Eso si, lo hará con cuidado, con la fuerza justa para no hacerle sufrir una conmoción ni daños cerebrales.

✹ Las comisarías de policía someten a sus agentes a exámenes de personalidad para que tengan como compañero de patrulla a otro que es, justamente, lo opuesto a él. Y estos policías, si hacen hacen guardia en el interior de un coche, lo harán comiéndose una rosquilla, una hamburguesa o un donuts.

✹ Los extranjeros, cuando están a solas, prefieren hablar inglés entre ellos sean de donde sean.

✹ No hay cerradura que se resista a un norteamericano de a pie si
tiene a mano una tarjeta de crédito, una horquilla o un clip (si se llama MacGyver podremos, incluso, alucinar con sus habilidades); todas estas técnicas se estudian en las escuelas de parvulario. La casa puede tener las medidas de seguridad necesarias pero, en un momento, al menos las puertas con cerradura, se pueden abrir fácilmente.

✹ Siempre hay una motosierra a mano en una casa de campo por si uno la necesita.

✹ Los coches de policía siempre tienen el depósito lleno cuando comienzan una persecución. Eso, o tienen un deposito extra. Jamas se quedan sin gasolina.

✹ Si alguien circula con su vehículo en dirección prohibida, nunca chocará contra el coche o camión que viene de frente: uno girará hacia la izquierda, y el otro conductor girará hacia la derecha o viceversa. Sueltan el volante y se hacen alguna seña, yo creo.

✹ Si cualquier catástrofe de tipo natural o extraterrestre amenaza nuestro planeta, todos los países colaboran unos con otros, pero la solución final al problema siempre la tienen los norteamericanos.

✹ Todos los coches tienen las puertas abiertas, los cristales bajados y las llaves puestas, aunque estén estacionados en el barrio más conflictivo del Bronx.


✹ Cualquier tipo de ser extraterrestre, sea cual sea, tenga la forma que sea y venga de donde venga, tiene la sangre de color verde.

✹ Cuando alguien vuelve a casa después del trabajo, lo primero que hace es servirse un whisky del mueble bar. La cubiteras allí siempre conservan el hielo en perfecto estado de congelación durante toda la jornada laboral.

✹ Si alguna puerta tiene un cartel que dice: "Zona restringida, sólo personal autorizado", tarde o temprano alguien "no autorizado" la cruzará. Otro de los carteles mas populares es el de "Danger", que significa que puedes pasar tranquilamente si eres el protagonista de la historia.


✹ Una de las profesiones mas peligrosas en EE.UU es la de ser pianista de saloon en el medio oeste. En un principio puede resultar chocante. Pero lo cierto es que, si se dispara una bala accidentalmente, lo mas probable es que se la tropiece este señor. Es una profesión gafada.


✹ Allí no se venden frigoríficos pequeños, y en el momento de la venta se encargan de llenártelo tanto que tardas años en consumir los alimentos. Tampoco es necesario que compres imanes, notas o dibujitos coloreados por niños pequeños; ya los venden así.

✹ En Norteamérica, nadie prueba nada en los restaurantes de comida
rápida hasta que no le traen todas y cada una de las salsas de que disponen y las alinean en el centro de la mesa. Por muchas y muy grandes que sean sus envases, nunca caducan. Han descubierto el conservante universal secretamente y no se lo cuentan al resto del planeta.

✹ Los coches circulan siempre en dos carriles con la distancia suficiente entre uno y otro para poder ser esquivados en zig-zag fácilmente. No es necesario tocar el pito.

✹ Cada vez que un héroe se enfrenta con los malos de turno, la lucha es a muerte y no hay contemplaciones a la hora de derramar sangre. Sin embargo, si el héroe tropieza o es desarmado disfruta de la comprensión del malo de turno, es amablemente atrapado con vida, esposado y llevado a una celda o casa donde será custodiado de mala forma para que, fácilmente, pueda escapar.

✹ Cualquier objeto que se precipite sobre la tierra (ovni, meteorito o similar) siempre se dirigirá hacia Estados Unidos, o por lo menos lo intentará hacerlo.

✹ Cada vez que a alguien se le ocurra circular rápido por una
autopista desierta, siempre habrá un motorista de control de tráfico, gordito y con gafas oscuras detrás de una valla publicitaria.

✹ La supervivencia en las películas está garantizada para muchos personajes menos para la familia o el amigo del bueno, que siempre serán asesinados, secuestrados, torturados, etc ... antes de la mitad de la película, para que el héroe de turno tenga más razones para cazar al malo.

✹ Por otro lado, nunca hay que preocuparse por las mascotas; siempre saldrán vivas sin que sea necesario hacerles el menor caso. Da igual gato, perro, canario ... ellas solitas se las apañan para llegar al final de la película.

✹ Ningún gran capo de la droga lleva corbata; su estilista le aconseja, casi le impone, que acompañe a su traje con una camisa abrochada hasta el cuello. Si, por un casual, se pone corbata los domingos, esta será blanca y su camisa, negra.

✹ Si una mujer sale de un bar a altas horas de la madrugada, lo hará sola y por la puerta más alejada y solitaria. Tomará el peor camino, preferentemente, un callejón oscuro para provocar a los malhechores.

✹ En toda película americana que se precie siempre saldrá un plano
general con la bandera americana, por supuesto. Y varias veces. Según tengo entendido, y esto no es broma, eso tiene una razón ... mas monetaria que patriótica, y es que así la película se ahorra un impuesto.

✹ Cuando se interrumpe a alguien a mitad del afeitado y se limpia media cara con una toalla, no hay apenas diferencia entre lo afeitado y lo que no lo está. La espuma que se usa en Norteamérica es, curiosamente, depilatoria.


✹ Antes de (intentar) matar al héroe de turno, el villano le explicará con todo lujo de detalles cual es su plan y cuales van a ser sus próximos movimientos. Como el héroe no suele morir, una vez apercibido, lo desmontara todo casi al final.

✹ Al ser encontrado, el malo de la película contará todas las razones que lo llevaron a hacer sus fechorías, luego de responder un "¿Por qué lo hiciste?" del protagonista. Así, el espectador no se quedara con la duda, intrigado, y podrá sacar sus propias conclusiones personales.

✹ Todos los alumnos de una secundaria norteamericana, aunque sean adolescentes, parecen tener más de 20 años.

✹ La longitud mínima del cable de un teléfono fijo americano no inalámbrico, es de 4 metros.


✹ Las mamparas o cortinas instaladas en las duchas sólo se cierran
hasta la mitad, de manera que la pobre chica se ve obligada a retorcerse compulsivamente para ocultar sus encantos.

✹ La mayoría de los amantes norteamericanos suelen demostrar su amor delante de la ventana y con una potente lámpara detrás para que el marido cornudo les pueda observar a contraluz desde la calle, mientras sujeta una pistola o una botella de bourbon.

✹ Toda las veces en que el protagonista tiene un revés o una situación de pesar, lo primero que hace es irse a un tugurio y ponerse a beber. Es el remedio americano para las penas.

✹ Nos vienen mintiendo en los libros de Historia: la invasión de Normandía sólo fue hecha por los EE.UU.

✹ Siempre que algún soldado es herido de gravedad tiene tiempo de decir al protagonista que le diga algo a su familia. Le da por recordar que se le ha olvidado contarles algo.
Y aunque lo diga de forma ininteligible, éste siempre lo entiende. Ademas, el comandante de un batallón conoce a todos sus soldados por sus nombres, sabe las direcciones de su familia y se preocupa, básicamente, de quitarle la chapita del pecho. Otro detalle: en todas las familias norteamericanas disponen de una bandera nacional del tamaño de un ataúd por si se produce una desgracia irreparable. Incluso, deben de tener varias, por que algunas las entierran.

✹ Cuando a la mañana siguiente aparecen en el lugar del crimen el inspector de homicidios y el ayudante del fiscal, siempre estarán tomando café en un vaso de plástico que se deben haber traído desde la oficina. Además siempre comentarán el mucho trabajo que tienen y que su mujer les ha dejado por ello.


✹ Cualquier mujer que sea de California o de Miami pesa menos de 45 kilos.

✹ Todas las casas yankies tienen una puerta trasera. Y, si están en el campo, con mosquitera que se abre hacia afuera.

✹ Una vez aplicado el pintalabios, es imposible hacer que se corra el color ... aunque hagas submarinismo.

✹ Aunque sepas que te persigue un psicópata, tengas policía en la puerta principal y duermas con una oreja puesta en la planta de abajo, indefectiblemente, el asesino se las arreglará para entrar en tu casa sin que tú te des cuenta.

✹ Si ves un asesinato, te descubren los malos y escapas, no te preocupes; te perseguirán durante toda la película pero te rescatará la policía en el ultimo momento.

✹ Por muy peliaguda o arriesgada que sea la profesión del protagonista, le encantará la vida familiar y cuidara de los suyos. De nada sirve que venza al malo si al final no encuentra a la chica de su vida, o no se reencuentra con su esposa, sus hijos y su perrito.

✹ En todos los juicios, por muy claro que sea el presunto veredicto,
se sabe que en algún momento todo dará la vuelta por una prueba o declaración inesperadas. Ah, y será casi siempre cuando el juicio esté concluyendo. Uno podría ver el principio y el final, y no se perdería nada.

✹ Casi todos los o las protagonistas de una película moderna, si habitan en una gran ciudad, tienen un amigo o vecino gay con quien se llevan muy bien, aun siendo profundamente heterosexuales ell@s.

✹ Una mujer, aunque sea guapa, si lleva un arma y no es la protagonista o la novia de este, es la mala. No debemos confundirnos. En Norteamérica, hasta las malas están de buen ver.

✹ Todo el chicos son guapos. Y si no, es gordito y gracioso.

✹ Si eres chica no debes sudar por más que te hayas pegado una buena carrera. A menos que eso haga transparentar tu camiseta.

✹ En Italia sólo hay mujeres gordas que berrean y hombres tripones en camiseta de tirantes. Estos últimos también berrean.

✹ Si eres policía, nunca le prometas a tu hija, por más que te reproche que no pasas tiempo con ella, que esta noche la pasarás con ella: o la secuestran o el caso que llevas adelante te obligará a marcharte durante días de casa. Lo bueno es que cuando te reencuentres con tu hija con el malo ya frito, ella te apreciará mucho y olvidará instantáneamente sus reproches. Lo mismo hará tu esposa, que nunca te preguntara: ¿eres el tonto o que? Siempre te escogen a ti.

✹ Todos los policías y/o bomberos suelen ser huérfanos de padre, quien era el mejor, el mas admirado y más valiente del grupo e, irremediablemente, murió en acto de servicio unos años atrás.

✹ Cuando al bueno se le acaban las balas, los malos deciden soltar las
armas y se ponen a pelear a golpes.

✹ Los japoneses siempre andan por las selvas asiáticas en grupo para que sea más fácil atinarles o tirarles una granada.

✹ El protagonista de una película de estudiantes siempre intentara ligarse a la chica más buena de la escuela, pero ésta, invariablemente, es novia del capitán del equipo de Football.

✹ Cuando alguien es perseguido en un auto, siempre corre por el medio de la calle o de la carretera. Bueno, tiene la ventaja de alumbrarse con los faros, si es de noche.

✹ Cuando alguien está escondido y siente ganas de estornudar, bastará con que se ponga un dedo debajo de la nariz para evitarlo. Pero como no domina esta técnica, siempre terminará por quitárselo y estornudará en el momento mas inoportuno.
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